Estadística: un poco de historia*
Desde el antiguo Egipto hasta las actuales
computadoras, pasando por los adelantados de la astronomía y del estudio de la
herencia.
La historia antigua de
la estadística se remonta al registro de la población que hicieron los egipcios,
hebreos, chinos, griegos y romanos, desde hace unos 20 a 50 siglos. Se trata de
mediciones que ya realizaba el estado con fines tributarios y
de enrolamiento militar.
Sin embargo, las ideas y herramientas estadísticas son más recientes, surgieron lentamente de
las dificultades que se plantean al trabajar con datos.
Hace dos siglos, los investigadores ya
enfrentaban el problema de obtener diferentes valores para un mismo concepto. Debían combinar los resultados de muchas observaciones que, por más que las realizaran con extremo
cuidado, no coincidían. Tal como sigue ocurriendo actualmente cuando, por
ejemplo, se mide la altura de un niño varias veces. Se trata de la variabilidad debida a los errores de medición, cuando se obtienen resultados diferentes al medir lo mismo más
de una vez.
Otro tipo de variabilidad surge, por ejemplo,
en el caso de individuos de una misma población que, respecto a una misma
característica, son diferentes entre sí. Por ejemplo, diferentes niños de la misma
edad y género tienen distintas estaturas.
Hacia comienzos del siglo XIX, los astrónomos utilizaban en forma
generalizada métodos estadísticos y escribían textos razonablemente sencillos para explicarlos. Para describir la variabilidad de sus observaciones, resultantes de los inevitables errores de
medición, utilizaban como
modelo matemático la distribución
Normal o Gaussiana, porque les permitía
explicarla con solo dos valores: la media y el desvío.
La distribución Normal también se utilizó
para caracterizar la variabilidad entre individuos de una población, respecto
de alguna característica, como por ejemplo, el perímetro cefálico.
Ya no se trata de una variabilidad debida a los errores de medición, sino a las diferencias entre un individuo y otro.
Originalmente, la estadística estuvo limitada al cálculo de medidas resumen. Por esa razón, existe
una directa asociación entre “hacer una estadística” y “calcular un promedio o
un porcentaje”. Esta última, es la estadística que encontramos habitualmente en
los medios de comunicación: promedios,
porcentajes, gráficos de barras.
Pero la estadística es más que el cálculo de
promedios y porcentajes. Específicamente, se trata de hallar el rango de
valores dentro del cual pueden encontrarse los datos o la mayoría de ellos, es
decir, caracterizar su variabilidad
y, más generalmente, su distribución completa. Conocer la distribución de los datos es importante. Un promedio puede tener significados
muy diferentes según sea la forma en
que se distribuyen los valores.
Cuando se quiere obtener conclusiones
respecto de toda la población pero no es posible, o no es deseable,
registrar datos de esa población completa, se los obtiene
de algún subgrupo o muestra de la población. Este proceso se denomina inferencia estadística.
La inferencia estadística como disciplina nació en la primera mitad del Siglo XX con el
surgimiento de los diseños estadísticos para obtener datos y el desarrollo de
métodos para analizarlos. Sin embargo, fueron los últimos 30 años, en especial
con el advenimiento de las computadoras, los que vieron la explosión de su
desarrollo y aplicación.
La invasión del mundo digital a nuestras vidas
(computadoras, acceso a Internet, teléfonos celulares, cámaras digitales)
acelera los procesos de obtención y difusión de la información. Todos los campos
de estudio ponen mayor énfasis en los datos.
La estadística se ha transformado en un
método central del conocimiento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario